Análisis de incentivos de conservación en el Perú genera lecciones para promover CUSAF
17/10/2021
Paisaje con cafetal en ladera, pastizal, purmas y vegetación arbórea en la región San Martín, Perú. Foto: ICRAF/Mey lin Chiang
Las Cesiones en Uso para Sistemas Agroforestales (CUSAF) son un tipo de contrato reconocido en la Ley Forestal y de Fauna Silvestre del Perú (Ley Nro. 29763), que formaliza las prácticas productivas forestales y agroforestales de los agricultores familiares que se encuentran en tierras forestales y de protección. Los contratos tienen una duración de 40 años e implican derechos, acceso a beneficios y obligaciones como la de conservar los bosques manejándolos de manera sostenible (no expandir áreas de cultivos en bosques), así como establecer o mantener sistemas agroforestales e implementar buenas prácticas de conservación de suelos y agua en los sistemas productivos. El éxito del mecanismo, más allá de su otorgamiento y registro, reside en que los beneficiarios puedan cumplir con sus obligaciones beneficiándose de derechos e incentivos que les permitan mejorar la resiliencia de sus medios de vida y una mejora en el manejo de los recursos naturales (Pokorny et al.2020).
En Perú, se estima aproximadamente 120 mil familias como potenciales beneficiarios de este tipo de contratos, quienes ocupan más de 1 millón de hectáreas de tierras que se podrían manejar sosteniblemente bajo este mecanismo que combina conservación y restauración. En los proyectos PARA y AgroFor, el Centro Internacional de Investigación Agroforestal (ICRAF) junto con sus socios buscan contribuir en la construcción del marco habilitante para la implementación de los contratos CUSAF a nivel nacional. Un tema central para lograr la exitosa implementación de este mecanismo, son los incentivos que permitan generar un cambio positivo en las formas de manejar el suelo y los recursos forestales por parte de los agricultores beneficiarios.
Las CUSAF pueden entenderse como una forma de acuerdo de conservación de familias/hogares individuales; y, el otorgamiento de un título habilitante y sus respectivos beneficios pueden considerarse como un incentivo.
Existen pocos estudios sobre el impacto de los acuerdos de conservación en Perú, así como poca evidencia sobre su eficacia, que permitan orientar el desarrollo de un programa de implementación de CUSAF en las regiones Amazónicas. Sin embargo, lecciones útiles provienen de un artículo publicado recientemente en el journal Land Use Policy, por Javier Montoya, investigador del Centro Internacional de Investigación Agroforestal (ICRAF), junto a Sven Wunder del European Forestry Institute (EFI); y Luca Tacconi de la Universidad Nacional Australiana (ANU), quienes analizan iniciativas en el Perú que han introducido incentivos para la conservación y el manejo sostenible de los recursos naturales. Este análisis fue realizado en el marco del Estudio Global Comparativo de REDD+, liderado por el Centro Internacional para la Investigación Forestal (CIFOR).
Montoya y sus colegas a partir del análisis de más de 60 casos, encontraron como principales limitantes para la aplicación efectiva de este tipo de instrumentos en iniciativas de conservación forestal en el Perú, las restricciones en el marco normativo (legales) para el uso de fondos públicos y la dependencia de fuentes de financiamiento restringidas y discontinuas. En el marco de dicha investigación, se realizó un análisis de seis estudios de caso locales actualmente en fase de operación, donde los autores destacan temas importantes para la implementación de CUSAF.
Los estudios de caso incluyen cuatro iniciativas que aplican incentivos para la conservación de sumideros de carbono y biodiversidad y, otros dos vinculados a la provisión de servicios hidrobiológicos. Tanto en las iniciativas públicas como en las privadas existen barreras de orden legal, las cuales condicionan las modalidades de provisión de incentivos para desarrollarse exclusivamente a través de proyectos productivos de corto plazo, lo cual pone en riesgo la sostenibilidad de sus eventuales impactos. Asimismo, se identificó que existen dificultades financieras debido al limitado desarrollo de los mercados voluntarios de carbono.
Los resultados de dichos estudios de caso plantean un mensaje estratégico y útil por considerar en las iniciativas de apoyo a la implementación de las CUSAF a través de proyectos productivos o de mercado de carbono, pues podrían no resultar en estrategias sostenibles a lo largo de la vida del contrato y generar vulnerabilidad en los agricultores que se registran en el mecanismo.
El artículo publicado por Montoya y sus colegas destaca que la efectividad de los incentivos para la conservación depende del diseño mismo de tales incentivos en tres dimensiones estratégicas: la condicionalidad, la focalización geográfico espacial y la personalización de estos. Sin embargo, la introducción de estos elementos implica costos adicionales de implementación; por ejemplo, en términos de monitoreo y fiscalización, los cuales los actores no están dispuestos a integrarlos.
Sin embargo, en el caso de CUSAF la condicionalidad es parte intrínseca del mecanismo y el Proyecto AgroFor la prioriza generando mecanismos de registro, otorgamiento y monitoreo, a través de aplicativos digitales sencillos y plataformas de datos de uso del suelo manejadas por los gobiernos regionales. La focalización espacial y la personalización se están articulando en los proyectos PARA y AgroFor desarrollando plataformas de análisis de datos y herramientas de apoyo para la toma de decisiones participativas a nivel de las comunidades, que permitan el diseño de sistemas de agroforestería y forestería a pequeña escala adecuados al contexto agroecológico y al perfil de los agricultores, la estimación de los costos y la información necesaria para favorecer la inversión pública y privada en las zonas de implementación. Un énfasis especial se da a través del Proyecto PARA con modelos de asistencia técnica que pueden acompañar a los productores en el manejo e implementación de las prácticas promovidas por los contratos CUSAF.
Esperamos que la integración de las lecciones brindadas desde el artículo publicado por Montoya y sus colegas, nos permita avanzar en las experiencias sobre estos procesos y realizar el alto potencial de las CUSAF en términos de conservación de bosques, restauración y bienestar de las familias rurales.
